
Continuamos con la exploración y topografía de la cueva. Volvemos
a entrar dos grupos, el de topo, que va a una galería ascendente en el punto 45,
y los de escalada.
El primer grupo (los madrugadores) entran a las 6:30,
mientras que los que vamos a escalar entramos a las 9. En la anterior entrada
el taladro se había averiado, así que esta vez, entramos con más taladros y con
la revolución de las escaladas cercanas a la calle: la escalera de aluminio.
Esta cueva nos está gustando a todos y no faltan voluntarios para explorar. Además, está cerca, es bonita y de considerable tamaño. Aún así, calculamos que tenemos trabajo para bastante tiempo, ya qué se trata de una cueva de grandes dimensiones y con zonas laberinticas y caóticas.

Como en el grupo de escalada somos varios y disponemos de
taladros, nos dividimos y nos repartimos las escaladas. La primera, de unos 6
metros, conduce a un estrecho meandro ascendente con algo de aire, pero con muy
mala pinta; la siguiente obra consistía en revisar una sala que se veía desde
una cornisa a unos 5 metros. En lo que preparábamos el material para instalar
el pozo, ya había bajado Manolo destrepando por una zona estrecha. Esta sala,
no aparece en la topo pero ya había sido explorada. La siguiente escala tampoco
dio nada,
y quedaba una pendiente en el
punto 130, pero daba la sensación de que era el piso superior, como comprobaríamos
más tarde.

Después de comer subimos a los pisos superiores en busca de
un pozo que comunica varios pisos, llegando a la “galería Baby”. Es increíble el
tamaño de esta galería de techo plano y caos de bloques en el suelo, cuando
lleguemos con la topo vamos a tener mucho trabajo.Al final de esta galeria se ve una gran chimena, de unos 50 metros, espremos encontrar un acceso mejor a ella porque si la tenemos que escalar dede abajo tiene mucho trabajo.
De salida aprovechamos para sacar algo de basura (que hay
mucha).