miércoles, 10 de junio de 2015

Uniones en el Sistema de Joblegón


Torca de Juciegu-Hoyo de Los Herreros-Torcas de la Pradería de Bárcena(Nº1 y Nº2)- Fuente del Cárabo-Cueva de Jacillano



          Obligados por los pasos sifonantes de Torca Gato, durante el invierno hemos decidido centrar nuestros trabajos en el sector de Joblegón, para buscar nuevas entradas más cercanas a la zona de la surgencia y que nos den acceso al sistema principal. De momento no hemos conseguido comunicarlo con Torca Gato, pero las dimensiones de este nuevo sistema encontrado han duplicado nuestras expectativas en el desarrollo del sistema.


La primera cavidad sin explorar que focalizó nuestro interés fue la Torca de Juciegu, debido a su espectacular boca y por la que cae un pequeño río durante todo el año. Y no nos defraudó: una sucesión de 4 pozos (10, 13, 9 y 18 metros) abre el camino a una red laberíntica que finalmente comunicamos con el resto de las cavidades.


Durante varias entradas de estos meses hemos conseguido las citadas comunicaciones y 13 kms de topografía, siendo necesarias tres desobstrucciones y el vaciado de un laminador inundado.


Fuente del Cárabo

 La clave 

                 En un momento de la exploración y una vez comunicada la Torca de Juciegu con el Hoyo de Los Herreros y las Torcas de La Pradería de Bárcena, la exploración parecía detenida tanto hacia Torca Gato como hacia la surgencia (La Cuevona de Barcenaciones). Es en esta situación es cuando se descubre la Fuente del Cárabo.



                  Desde el primer momento nos ilusionamos con su exploración debido a su marcada corriente de aire y a su situación: se sitúa a medio kilómetro de la surgencia y 60 metros por encima de ella.

             La Fuente del Cárabo es un sumidero ubicado en mitad de un bosque de castaños, entre la autopista y la antigua nacional, en el contacto de la caliza y la arenisca. La boca da acceso a un estrecho meandro que pronto, y después de un P4, desemboca en una amplia sala. Desde aquí parten algunas galerías y un pozo, descendiendo éste ponemos pie en un antiguo nivel freático. Esta galería posee algunas ramificaciones y tres pozos amplios, aunque poco profundos. A través del más occidental de ellos podemos descender hasta un meandro activo que tras 100 metros de recorrido vierte su agua, a través de un pozo de 7 metros, al techo de una cómoda galería.

                  Recorrimos unos cientos de metros hacia el Sur y la galería terminaba en un laminador de apenas 10cms de altura con corriente de aire que nos recordaba a “no se qué”. Hacia el Norte lo mismo, pero aquí la corriente de aire era más fuerte y el laminador estaba verde de tanto liquen: la calle estaba cerca.


             En dos jornadas exploramos y topografiamos más de 2 kilómetros. Quedaba claro que el laminador final de Torca Juciegu y el de La Fuente del Cárabo eran el mismo, pero el Laminador Verde estaba extrañamente desplazado de la surgencia, ¿tendríamos algún error de topografía? Comprobamos el Dixto por si acaso, realizamos una poligonal por el exterior, estuvimos desobstruyendo un laminador soplador de la surgencia,… Y nada, la topo daba en otro lugar. Decidimos rendirnos y admitir nuestro error de topo, ya lo solucionaríamos. Entre tanto decidimos comenzar las labores de desosbtrucción en el laminador: el día de la exploración de La Fuente del Cárabo progresamos unos 30 metros fáciles y unos tres metros de puro túnel (aquí apenas tenía 10cms de altura hasta el techo), por lo que se hacía muy difícil deshacerse de los residuos. La solución era realizar una entrada desde El Hoyo de Los Herreros. Fue llegar al laminador y verlo claro, a unos 5 metros se veía montoncitos de arena removida ¡¡A cavar!! Tres horas después poníamos pie en la galería de La Fuente del Cárabo, ahora el aire circulaba mucho más fuerte, provocando remolinos con el vaho que desprendíamos de agua y sudor.


            Decidido: ¡hoy salimos por La Fuente del Cárabo! Risas, festejos y fotos. Un cómodo paseo nos lleva hasta la primera cuerda que cuelga del techo de la galería, pero cuando llegamos a un pozo cercano a la calle… ¡¡la cuerda no está!! Entonces recordamos que el fin de semana anterior la recogimos para tirar una piedra. Así que, “con el rabo entre las piernas”, no nos queda más remedio que regresar otra vez por “El Hoyo de los Horrores”.

   Descubrimiento de la Cueva de Jacillano 


            Tras el éxito conseguido, el próximo ataque estaba claro: cavar en el Laminador Verde, convencidos de que tarde o temprano saldríamos por la surgencia y que arrastrábamos un error en la topo que no alcanzábamos a comprender.
 

           Tras horas de dura desobstrucción y cuando la moral de la tropa comenzaba a decaer, alcanzamos un laminador arcilloso que, una vez abierto, desató una brutal corriente de aire.  ¡¡Parecía el ruido de un motor, incluso movía las cintas del casco!! Tenemos que estar en la surgencia… El final del laminador era una gatera muy estrecha, meto la cabeza y… ¡¡¡la luz!!! Diez metros arrastras y la surgencia…

- ¡¡Coño!! ¡¡Pero si esto es una casa, no estoy en la surgencia!!

         Acabo de salir a la calle por una pequeña oquedad junto a las casas del pueblo. ¡¡La topo estaba bien!! Regreso hasta más allá del Laminador Verde donde había dejado un pequeño motín: eran las tres de la tarde y la vena sindicalista de esta “tropa de rojos” los había llevado hasta la comida. Sentados y zampando les cuento que acabo de estar en la calle y… ni caso. ¡Vaya tropa! Cuando al terminar de comer les repito que hemos terminado la obra y que estuve en la calle:

- ¿En serio? ¿De verdad?

Salimos topografiando y ¡al bar! Cervezas y calimocho para todos. Los vecinos nos miran raro:

-¿De dónde habrán salido estos?


El futuro



Ahora nuestro futuro está claro: unir Torca Gato con el Sistema de Joblegón. Lo separan apenas 400 metros y, aunque se trata de la misma cueva, no parece nada fácil. Con la posible unión la cueva superaría los 30 kilómetros y quién sabe si también los 40.






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