miércoles, 18 de febrero de 2015

Osos y antorchas...

         Hace tiempo que teníamos pendiente la revisión y topografía de la zona de la entrada del Hoyo de Los Herreros. La topografía existente era de hace más de veinte años y su calidad y precisión distaba mucho de los niveles que alcanzamos con las nuevas herramientas (Dixto, Autocad, etc.). Por este motivo y porque necesitamos de esta precisión para unirla al resto del sistema de Joblegón decidimos volver a topografiarla.

La cueva ha sido utilizada desde tiempos muy remotos por animales y hombres. Diversos estudios realizados evidenciaron la presencia de ocupación de la cavidad por parte del hombre en diferentes épocas, pero lo que más llama la atención son los cientos de marcas, quizás miles, de antorchas en las paredes.

        En un principio, algunos quisieron ver en ellas una representación de arte rupestre (esquemático abstracto), pero parece más probable  que se trata de intentos de limpieza del hollín de las antorchas. Esta última opinión cada día está más aceptada por el mundo arqueológico, ya que marcas similares de cuevas cercanas han sido datadas con carbono 14 y ofrecían edades de la época Visigoda (siglo VII).

¿Quiénes y por porqué? Sigue siendo un misterio, ¿Se refugiaban de invasiones violentas? ¿Eran forajidos? ¿Espeleólogos? Una cosa está clara, tenían una motivación bastante fuerte, puesto que sus marcas las hemos encontrado en lugares sorprendentes (laminadores, gateras, meandros…).




Cada vez que progresamos por la cueva, en nuestro ir y venir a nuestras exploraciones, sientes que allí hubo vida, cada rincón lo delata con algún detalle.

Bajo estas circunstancias comenzamos el sábado nuestro trabajo. En la misma boca, la cueva se divide en dos, hacia el Este, que ya lo habíamos topografiado y revisado, y hacia el Oeste.  A los pocos metros de la entrada, estuvimos enfrascados un buen rato en una red de diaclasas y meandros, algunos estaban representados en la antigua topo y otros no. En esta zona dejamos un pozo pendiente por descender, ya que el material de verticales lo teníamos en otra zona de la cavidad.

Volviendo a la galería principal y en un piso superior que forma ésta nos encontramos la primera sorpresa del día: ¡una osera y zarpazos de oso de las cavernas! Desgraciadamente todo muy degradado y pisoteado por las visitas que en su ignorancia no prestaron atención por donde estaban caminando.




Durante el resto de la jornada aparecieron más y mejor conservadas en otras galerías de la cueva, algunos conjuntos de zarpazos espectaculares.


        

    En otra red lateral nos quedó pendiente otro pozo por descender,  finalmente topografiamos un sin fin de pequeños conductos. En la galería principal llevamos la topo hasta el comienzo del laminador, que es lo único que resta para unirlo con el resto del sistema, si bien ya realizamos una poligonal exterior desde la boca hasta la Torca de Juciegu.





La topografía ya se acerca a los diez kilómetros y la unión con otras cavidades es factible. Actualmente el sistema posee cuatro entradas, pero nuestra esperanza es la unión con Torca Gato, lo que daría un sistema de aproximadamente 30 Kilómetros de recorrido, todo una sorpresa para esta zona, a priori, tan modesta. Veremos… 

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