Hacía bastante tiempo que no entrábamos a la len, nuestros esfuerzos estaban redirigidos a la exploración de la PO10 y la Torca del Arroyo, pero por alguna extraña razón que quizás no lleguéis a entender, sentíamos nostalgia por volver a bajar esos 500m de torca llena de diversiones, cruzar la galería que va del Pozo Juanín y Bedoya hasta la galería del eje de la cueva y cruzarla hasta el vivac, volver a sentir la oscuridad que de verdad te envuelve en todo momento, deshumedecer sacos, chaqueta, esterillas, tienda.. volver a luchar contra el frío y la humedad entre otras incomodidades que os podéis imaginar... pero fue sencillo vencer todo esto en tan grata compañía...
Uno de los objetivos era acabar la "Galería del Klondike", en el que llevábamos trabajando prácticamente desde el principio de la exploración en la len.
Otro objetivo era en el "Túnel del Viento", una escalada que habíamos dejado pendiente hace al menos un año.
Bajamos cuatro personas por lo que pudimos hacer dos grupos de trabajo y hacer bastantes cosas para el poco tiempo que teníamos por delante. El viernes dos de nosotros recogimos el material sobrante del Klondike y lo reorganizamos con el resto del material en el vivac, acaldamos las estancias e hicimos con unos plásticos un nuevo habitáculo en la cocina para no congelarnos con la constante corriente de aire, y antes de cenar nos fuimos a dar un paseo por el eje de la cueva. A la hora de cenar llegó el resto del personal, cenamos y planificamos la exploración del día siguiente.
Sábado por la mañana, creo que nos dormimos, no le presté mucha atención a este asunto, estaba en el saco muy a gusto excepto por una rodilla que tenía marcada en la espalda. El café calentito con leche condensada y sobaos es un exquisito golpe de azúcar que te pone a mil, después llega el chute de cafeína y todo empieza a funcionar, cuando me quise dar cuenta estábamos entrando en el Túnel del Viento mientras el otro equipo iban a explorar el último pozo que quedaba en el Klondike cerquita del vivac, después se juntarían con nosotros.
Tras una galería con mucho mucho aire entramos en un meandro de unos 30/40 m de altura atravesándolo con pasamanos a media altura, en la parte baja se exploró un aporte de agua, río abajo tras unas estrecheces terribles quedó en una cabecera de un pozo a una zona más grande que quizás se podría alcanzar bajando unos pozos a mitad del "Túnel del Viento", río arriba se estrechaba impidiendo su progresión, pero desde el pasamanos en la punta de la galería se veía volumen arriba y el aire aun siendo un meandro de 30/40m de altura era muy notable. Tras unas piruetas conseguimos evitar la escalada y accedimos a la parte alta del meandro donde este se hacía más ancho y cómodo con partes de suelo, al poco de instalar unos metros de pasamanos llegaron los compañeros, aunque habían explorado el último pozo que quedaba en el Klondike y comunicaba con una zona ya conocida. El pasamanos nos estaba llevando a una zona grande por los ecos de nuestras voces que escuchábamos en la lejanía.. Finalmente el pasamanos nos condujo a la cabecera de lo que parece una sala bastante grande con grandes chimeneas, a unos 30m por debajo se ve el riachuelo que ha labrado un conducto meandriforme de roca lavada que con la luz daba un tono brillante que me pareció espectacular... río arriba la galería sigue serpenteando en grandes dimensiones, pero no teníamos la cuerda suficiente para bajar, la cuerda se quedó a unos 10m del suelo.
Retrocedimos unos 150m de pasamanos y algún pozo hasta el comienzo de la galería donde se había dejado material para empezar a revisar pozos e intentar conectar con el riachuelo de abajo. Tras bajar un par de pozos, dimos con otro meandro de coladas blancas que va zigzageando en la dirección del conducto del río y aguas abajo, también nos quedamos sin material, y ya era buena hora para volver al vivac a cenar, nos esperaban macarrones con curry, macarrones boloñesa, lentejas, embutido y otras cosas de rumiar. A pesar del festín, no podía dejar de pensar en huevos con patatas y panceta.. Al día siguiente teníamos que salir, y mis deseos se hicieron realidad, a las 2 de la tarde estábamos los cuatro en el camping de San Roque comiendo huevos con patatas, panceta y chorizo frito.
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