Torca
de Juciegu-Hoyo de Los Herreros-Torcas de la Pradería de Bárcena(Nº1 y
Nº2)- Fuente del Cárabo-Cueva de Jacillano
Obligados por los pasos sifonantes de
Torca Gato, durante el invierno hemos decidido centrar nuestros trabajos en el sector
de Joblegón, para buscar nuevas entradas más cercanas a la zona de la surgencia
y que nos den acceso al sistema principal. De momento no hemos conseguido
comunicarlo con Torca Gato, pero las dimensiones de este nuevo sistema
encontrado han duplicado nuestras expectativas en el desarrollo del sistema.
La primera cavidad sin explorar que focalizó nuestro interés fue la Torca de Juciegu, debido a
su espectacular boca y por la que cae un pequeño río durante todo el año. Y no
nos defraudó: una sucesión de 4 pozos (10, 13, 9 y 18 metros ) abre el camino
a una red laberíntica que finalmente comunicamos con el resto de las cavidades.
Durante varias entradas de
estos meses hemos conseguido las citadas comunicaciones y 13 kms de topografía,
siendo necesarias tres desobstrucciones y el vaciado de un laminador inundado.
Fuente del Cárabo
La clave
En un momento de la exploración y una vez
comunicada la Torca de Juciegu con el Hoyo de Los Herreros y las Torcas de La
Pradería de Bárcena, la exploración parecía detenida tanto hacia Torca Gato
como hacia la surgencia (La Cuevona de Barcenaciones). Es en esta situación es
cuando se descubre la Fuente del Cárabo.
Desde el primer momento nos ilusionamos con
su exploración debido a su marcada corriente de aire y a su situación: se sitúa
a medio kilómetro de la surgencia y 60 metros por encima de ella.
La Fuente del Cárabo es un sumidero
ubicado en mitad de un bosque de castaños, entre la autopista y la antigua
nacional, en el contacto de la caliza y la arenisca. La boca da acceso a un estrecho meandro
que pronto, y después de un P4, desemboca en una amplia sala. Desde aquí parten
algunas galerías y un pozo, descendiendo éste ponemos pie en un antiguo nivel freático.
Esta galería posee algunas ramificaciones y tres pozos amplios, aunque poco
profundos. A través del más occidental de ellos podemos descender hasta un
meandro activo que tras 100 metros de recorrido vierte su agua, a través de un
pozo de 7 metros, al techo de una cómoda galería.
Recorrimos unos cientos de metros hacia
el Sur y la galería terminaba en un laminador de apenas 10cms de altura con
corriente de aire que nos recordaba a “no se qué”. Hacia el Norte lo mismo,
pero aquí la corriente de aire era más fuerte y el laminador estaba verde de
tanto liquen: la calle estaba cerca.
En dos jornadas exploramos y
topografiamos más de 2 kilómetros. Quedaba claro que el laminador final de
Torca Juciegu y el de La Fuente del Cárabo eran el mismo, pero el Laminador Verde
estaba extrañamente desplazado de la surgencia, ¿tendríamos algún error de
topografía? Comprobamos el Dixto por si acaso, realizamos una poligonal por el
exterior, estuvimos desobstruyendo un laminador soplador de la surgencia,… Y nada,
la topo daba en otro lugar. Decidimos rendirnos y admitir nuestro error de
topo, ya lo solucionaríamos. Entre tanto decidimos comenzar las labores de
desosbtrucción en el laminador: el día de la exploración de La Fuente del
Cárabo progresamos unos 30 metros fáciles y unos tres metros de puro túnel (aquí
apenas tenía 10cms de altura hasta el techo), por lo que se hacía muy difícil
deshacerse de los residuos. La solución era realizar una entrada desde El Hoyo
de Los Herreros. Fue llegar al laminador y verlo claro, a unos 5 metros se veía
montoncitos de arena removida ¡¡A cavar!! Tres horas después poníamos pie en la
galería de La Fuente del Cárabo, ahora el aire circulaba mucho más fuerte, provocando
remolinos con el vaho que desprendíamos de agua y sudor.
Decidido: ¡hoy salimos por La Fuente del
Cárabo! Risas, festejos y fotos. Un cómodo paseo nos lleva hasta la primera
cuerda que cuelga del techo de la galería, pero cuando llegamos a un pozo
cercano a la calle… ¡¡la cuerda no está!! Entonces recordamos que el fin de
semana anterior la recogimos para tirar una piedra. Así que, “con el rabo entre
las piernas”, no nos queda más remedio que regresar otra vez por “El Hoyo de los
Horrores”.
Descubrimiento de la Cueva de Jacillano
Tras el éxito conseguido, el próximo ataque
estaba claro: cavar en el Laminador Verde, convencidos de que tarde o temprano
saldríamos por la surgencia y que arrastrábamos un error en la topo que no
alcanzábamos a comprender.
Tras horas de dura desobstrucción y
cuando la moral de la tropa comenzaba a decaer, alcanzamos un laminador arcilloso
que, una vez abierto, desató una brutal corriente de aire. ¡¡Parecía el ruido de un motor, incluso movía
las cintas del casco!! Tenemos que estar en la surgencia… El final del
laminador era una gatera muy estrecha, meto la cabeza y… ¡¡¡la luz!!! Diez
metros arrastras y la surgencia…
- ¡¡Coño!! ¡¡Pero si esto es una casa, no
estoy en la surgencia!!
Acabo de salir a la calle por una pequeña
oquedad junto a las casas del pueblo. ¡¡La topo estaba bien!! Regreso hasta más
allá del Laminador Verde donde había dejado un pequeño motín: eran las tres de
la tarde y la vena sindicalista de esta “tropa de rojos” los había llevado
hasta la comida. Sentados y zampando les cuento que acabo de estar en la calle
y… ni caso. ¡Vaya tropa! Cuando al terminar de comer les repito que hemos
terminado la obra y que estuve en la calle:
- ¿En serio? ¿De verdad?
Salimos topografiando y ¡al bar! Cervezas
y calimocho para todos. Los vecinos nos miran raro:
-¿De dónde habrán salido estos?
El futuro
Ahora nuestro futuro está claro: unir Torca
Gato con el Sistema de Joblegón. Lo separan apenas 400 metros y, aunque se
trata de la misma cueva, no parece nada fácil. Con la posible unión la cueva
superaría los 30 kilómetros y quién sabe si también los 40.
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