El verano pasado desinstalamos completamente toda la cavidad, nos
despedimos de este gigante, una mezcla de tristeza y liberación. Se trata de la cueva más profunda de Cantabria, situada en Picos de Europa, en el macizo de Ándara cerca del Valdominguero.
La
cueva comenzó a explorarse hace una década por el KAMI, con el tiempo
la cueva se fue convirtiendo en un desafío demasiado grande para un solo
club y fuimos incorporándonos “hormiguitas” de varios rincones de
España y Francia. Unió nuestras vidas y todos estaremos agradecidos a
este gigante por permitirnos vivir en sus entrañas tantas sensaciones
extraordinarias.
Largos campamentos exteriores obligaron a
todos a esforzarse por ser un poquito más generosos, solidarios o
educados en el día a día, obligados a vivir en el fondo de una dolina,
polvo, roca, hielo, niebla, lluvia y sol abrasador, te obliga a sacar lo
mejor de uno mismo.
La cueva es atípica en Picos,
exceptuando la entrada no tiene estrecheces, ni meandros incómodos, todo
es amplio y grandioso, incluso con zonas muy concrecionadas
(excéntricas, pisolitas, macarrones, etc.). Una cueva “limpia” y
agradecida, un placer su exploración.
Descripción
Una
diaclasa estrecha da acceso a una sucesión de rápeles hasta la cabecera
del Pozo Berta, aquí la cueva aumenta su volumen, el pozo de 60 metros
tiene 20 de diámetro, en su base estamos a -100. La continuación lo
forma una diaclasa gigantesca que se desciende en dos pozos de 50
metros. En la cabecera (pese a su tamaño) una fuerte corriente de aire
descendente nos avisa de que nos encontramos ante un sistema importante.
En la base de esta gran fractura aparece un pequeño río que nos
acompañará hasta el Pozo Lotería. En este punto, la cueva se vuelve
relativamente horizontal, continuamos por un meandro cuyas dimensiones
oscilan de 3 a 8 metros de ancho por 20 o 30 de alto. A la par que éste
va disminuyendo de dimensiones, sin llegar a resultar estrecho nunca,
van apareciendo pozos pequeños. En ocasiones el agua progresa fuera de
nuestra vista por conductos inferiores, en otras forma pequeños embalses
en la base de los mismos, para finalmente precipitarse por el Pozo
Lotería (145 metros), resultando un verdadero espectáculo para el
explorador. El pozo es muy amplio, circular y los primeros metros
apenas tocamos la pared, todo un placer iluminarle y observar a los
compañeros progresar por las cuerdas.
Los
días de lluvia o de fuerte calor que producen deshielo intenso en el
exterior, aumenta considerablemente el caudal que se precipita por él,
mojándonos un poco en la zona de La Ventana. A -100 algunos péndulos y
un pasamanos nos depositan en una galería de 7 por 30 metros ocupada por
bloques, donde se decidió instalar un vivac. Se habló en varias ocasiones de la conveniencia de su
traslado puesto que era zarandeado por el agua y el viento generado por la cascada, haciéndonos pensar que estábamos en el exterior una noche de tormenta. Pero ya se sabe, una cosa es
hablar y otra hacer, así que al final… el típico vivac provisional
permanente. Continuando por La Ventana ponemos pié en una galería
fósil interrumpida por pequeños resaltes y concrecionada por
estalactitas de color rojo, excéntricas, etc.
Si se desciende el
pozo hasta su base, la cueva continua hasta -840, esta fue durante
algunos años su máxima profundidad, pese a que se exploraron algunas
vías paralelas. Pronto recibimos
pequeños aportes de agua de pisos superiores, también muy
concrecionados, y cien metros de desnivel con esta tónica nos conducen
hasta la cabecera del Pozo Fredo. Éste es un pozo muy amplio de 120
metros, en el que se instalaron varios péndulos para evitar bajar en
aéreo. La base del pozo también es amplia (15 por 40) y en su parte alta
existe una pequeña red de galerías que vuelven a comunicar con la vía
principal algo más abajo. En esta zona existe un “campo de pisolitas”
importante, ¿estamos en Picos?
Aguas abajo, la cueva toma forma
de meandro de dimensiones muy grandes al principio, aunque
termina por reducirse hasta el habitual de Picos, el meandro
Venus de Triana, decorado por
multitud de macarrones blancos. El final lo marca un pozo de casi 40
metros (Arr!!! Marinero), donde la cueva aumenta otra vez de dimensiones. Estamos a -600.
Se progresa por un meandro
fósil bastante grande (en algunos puntos tiene más de 50 metros de
altura) que se ve interrumpido por una sucesión de pozos generalmente
pequeños, el más grande el Cari-Cari de 40 metros, hasta que llegamos a
-800 a la cabecera del Pozo Apocalipsis Now, 105 metros de vertical nos
separan de su base. Este pozo es totalmente fósil, ni una gota de agua
perturba su silencio, resulta muy relajante.
Llegados a este
punto, la cueva contacta con una importante fractura por la que se progresa por una
cómoda galería inclinada. En la pared derecha se puede observar con
claridad el espejo de una falla y por el suelo multitud de losas de
pizarra y margas delatan la importante fractura. Es la Galería de Las
Escamas del Dragón. Al comienzo de ésta se situó el Vivac principal de
la cueva (-950 metros).
La tónica de la cavidad continúa así hasta
-1.100, donde la falla se convierte en “diaclasa”, aparece el agua de
nuevo y se vuelve más vertical. En la base del Pozo de Los Paspanes una
corta y pequeña galería conduce hasta el sifón final. Contrasta el
tamaño de la cueva con su “ridículo” sifón final, apenas un laminador
inundado. Durante dos campañas se intentó superar, realizando
escaladas y desobstrucciones desde -1000 hasta el fondo, se
topografiaron algunas cosas nuevas, pero ninguna de importancia. El
final de la cueva más profunda de Cantabria ya estaba escrito a -1203
metros.
A algunos les costó aceptar el final, otros lo agradecieron, pero a todos nos marcó para siempre lo que allí vivimos.
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