Después de muchos fines de semana de topografía y exploración (no siempre
cómoda), bien nos merecíamos un día de paseo lúdico-espeleológico. Esta vez los
habituales decidieron que se merecían algo mejor y el que no se fue de
vacaciones se fue a esquiar. A los menos “suertudos” les tocó trabajar. Así que
quedé yo solo (Joserra) para dar la bienvenida al Ábrigu a nuestros nuevos
compañeros: Alejandro y Santi, dos guías de montaña del Valle de Liébana.
Bien temprano nos acercamos a realizar la travesía Sel del Haya (entrada
artificial)-Cobijón, aunque finalmente entramos por una mina superior, de la que
no recuerdo el nombre.
A la par que realizamos el recorrido, hicimos diversas paradas para realizar
alguna foto de recuerdo y aprovechamos, también, para visitar los pisos
superiores recientemente explorados por nuestros amigos del CCES. Entre foto y
foto, fueron surgiendo nuevos proyectos para el futuro inmediato: ¡¡“los lebaniegos” están motivados a tope…!!
Nos sorprendió mucho las marcas de crecida dejadas por la última riada a lo
largo del atractivo pasamanos instalado en la galería de entrada. Restos
vegetales e incluso troncos
“decoraban” las cuerdas.
Calculamos que el agua aumentó unos 12 metros de altura su nivel.
Realmente el
poderío de este río es sorprendente, el volumen de sus galerías y la belleza de
alguna de ellas, hacen de esta cueva una
de las más interesantes de Cantabria,
aunque, al no estar ubicada en Arredondo, “no existe” para la mayoría del mundo
espeleológico (afortunadamente…).
Hay que resaltar la gran labor de balizamiento realizada en ella por el
CCES para ayudar a la conservación de la cavidad.
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